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Cómo dejar la pornografía

¿Cuántas veces has intentado dejar la pornografía? ¿Cuánta depresión debes pasar? ¿Cuándo decidirás tomarlo en serio? Estos son algunos de los cuestionamientos que la mayoría nos hacemos al darnos cuenta que sufrimos de una adicción sexual.

Esta adicción es un gran problema en la iglesia hoy en día, el cual afecta desde adolescentes hasta adultos mayores. Es muy importante discutir esta problemática en los púlpitos e incentivar a las comunidades cristianas a cuidar intencionalmente a sus miembros.

Si hablar de sexualidad dejó de ser tabú en nuestra sociedad, también debe dejar de serlo en nuestras congregaciones. Hasta que no sean descubiertas y tratadas correctamente esas vidas secretas de lujuria en nuestras congregaciones, quedará mucho liderazgo cristiano desperdiciado.

Cadenas generacionales

En el contexto eclesiástico es común escuchar de “cadenas generacionales”, pero, para quienes buscan una razón más científica, se trata de una herencia biológica que hemos dejado o dejaremos a nuestros hijos. Todo nuevo hábito adquirido o conocimiento crea conexiones en nuestras neuronas, tal como sucede cuando aprendemos alguna habilidad nueva o algún lenguaje.

Estas conexiones neurológicas son grabadas en nuestro ADN y son transferidas a nuestra descendencia, haciéndolas así vulnerables a repetir los mismos comportamientos que nosotros hemos adoptado. Sin embargo, cada individuo tiene la decisión de rechazar y oponerse a esta herencia genética voluntariamente, es decir, aun esas conexiones neurológicas pueden ser debilitadas o desechadas por completo, y así dar una ventaja a nuestra descendencia para que no cometan los mismos comportamientos.

¡La industria pornográfica te quiere adicto!

Es de suma importancia tratar esto no como un mal hábito, sino como una adicción como tal, adicción que arruina relaciones familiares, trabajos, estudios, etc.

Nuestra sociedad ha sido contaminada por la gran cantidad de contenido lujurioso que hemos permitido entrar a nuestros hogares por medio de diferentes plataformas de consumo de contenido. Los que distribuyen este contenido tienen el interés de crear riqueza a costa de los más vulnerables.

Lo anterior pone en peligro las relaciones, lanzando constantemente mensajes anticristianos. Por ejemplo, se intenta comunicar que tanto hombres como mujeres pueden vivir sexualmente activos sin necesidad del compromiso o del matrimonio. Aunque nuestra sexualidad fue diseñada para crear conexiones entre esposos, lo que busca enseñar esta empresa es la satisfacción momentánea sin consecuencia alguna, ignorando así los principios de un matrimonio cristiano. Con estos mensajes, no es ninguna sorpresa la gran cantidad de familias desintegradas.

Hoy en día es tan fácil hallar contenido explícito en redes sociales. Debemos ser conscientes de que esto es una industria millonaria, y grandes empresas buscan vender sus plataformas de contenido sexual cueste lo que cueste. La industría pornográfica se opone deliberadamente a la recuperación de los adictos; se opone tan fuertemente que llega al punto de premiar a quienes han recaído en la adicción una vez más. Lo peor es que estamos llegando al punto de querer defender los “beneficios” de la pornografía a través de diversos medios. Seamos claros: las intenciones reales de la industria pornográfica es lucrar a expensas de los débiles.

La recuperación

Comprendiendo las consecuencias y la problemática que la pornografía conlleva, debemos buscar una solución a nuestro problema intencional y estratégicamente. No es un camino fácil y rápido, pero aprender a controlar nuestra naturaleza pecaminosa nos permite alcanzar esas bendiciones que por desobediencia no hemos alcanzado. Requiere mucha oración y búsqueda de Dios.

Es indispensable rodearnos de personas que ya hayan conquistado y superado la adicción. Tener mentores como también estar expuesto a otros que sufren el mismo problema ayuda a identificar comportamientos desde otra perspectiva. Quien ha pasado por lo mismo puede ser empático con quien sufre la adicción.

Existen comunidades en línea que se apoyan para vencer la adicción a la pornografía. Comparten sus logros y recaídas, como también consejos. Cabe mencionar que no solo los cristianos buscamos liberarnos de esta adicción y, por lo tanto, estas comunidades no siempre cuentan con consejeros adecuados. Por esta razón, como cuerpo de Cristo, debemos hacernos presentes para quienes buscan cambiar su vida.

Para salir de la adicción debemos buscar recursos específicos, especialmente recursos que se basan en valores cristianos. También debemos de buscar un mentor y un compañero de responsabilidad que nos ayude en el proceso.¡No dejemos que este pecado domine nuestras vidas!

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