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El drama de la resurrección

La humanidad acostumbrada al dolor y a la desesperanza pone sus ojos en la tumba. El cuerpo de Jesucristo, pasivo, descansa en paz. “¡Ahí está, oh muerte, tu victoria!”, exclaman algunos. El futuro sigue siendo gris, pero de una manera sorprendente algo pasa tras el escenario, donde los espectadores puede que no vean lo que realmente sucede. El escenario principal no es donde ellos creen. El final de la escena no está en la tumba, porque la tumba está vacía.