

El amor fraternal y generoso entre las personas es una característica del reino de Dios y parte del cuidado y la provisión de Dios para con sus hijos.
Jesús enseña a sus discípulos a ver el mundo como una gran oportunidad y, allí donde haya una oportunidad, hay esperanza.
No basta con tener buenas intenciones para predicar la Biblia, se necesitan hombres y mujeres preparados para su sana interpretación.
Un cristiano no se deja llevar por ideologías, se deja llevar por los principios y los valores que La Palabra De Dios nos enseña. Si una ideología va en contra de lo que Dios piensa, entonces va en contra de lo que yo pienso.
… que puedan secar sus lágrimas de dolor no solo con oraciones, sino con acciones concretas que les permitan a esos infantes sentir el abrazo tierno de quien dijera: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos…»
Los jóvenes necesitan saber las razones doctrinales y empíricas respecto a sus dudas.
Las mujeres tienen un aporte valioso que dar y en muchos aspectos encarnan de forma natural los valores del reino de Dios.
La literatura es un manifiesto contra todo sistema dogmático que interrumpe el ejercicio de la libertad, la justicia, el amor y la educación.
Una explicación científica no descarta la intervención de Dios en la naturaleza, en cualquier caso, da muestras de la omnipotencia y dominio del creador en su creación.
Las pruebas pueden mostrar la teología de una persona y qué moldea sus actitudes.
Estos tres autores cristianos muestran como el estoicismo puede enriquecer el entendimiento y la práctica cristiana. Ellos muestran cómo vivir con razón, virtud, coraje, gratitud, gozo y esperanza en un mundo caído. Pero más importante enseñan a apreciar la presencia y providencia de Dios sobre todas las cosas.
Jesús nos invita, en medio del silencio de la soledad, a no buscar nuestra identidad en la falsa seguridad de las experiencias o los argumentos lógicos.
Parte del propósito del ayuno es apartarse para tener comunión con Dios, buscar su guía y fortalecer el deseo de practicar una auténtica intercesión, como también acrecentar la fe.
Indudablemente, obedecer a Dios trae resultados exactos y precisos. Es más, dichos resultados son los mejores para nuestra vida porque serán los que nos conducirán a ser siervos aprobados, en donde Jesús se convierte en nuestro principal modelo de vida.