Sócrates y Policarpo: La búsqueda de la verdad en un mundo posverdad El mundo de la posverdad se caracteriza por la relativización de la verdad, donde la veracidad es a menudo sacrificada en el altar de la conveniencia política, la manipulación mediática y la percepción emocional. En esta era, donde
En un mundo donde la influencia a menudo se mide en seguidores y “likes”, es vital recordar que la verdadera influencia se trata de mucho más que números. Se trata del impacto significativo que podemos tener en las vidas de los demás a través de nuestras acciones, palabras y ejemplos.
Las doctrinas son importantes y merecen atención y énfasis. Sin embargo, los teólogos y pensadores cristianos serios no deben enredarse tanto en las ideas hasta el punto de olvidar que las personas de nuestra audiencia tienen cuerpos, emociones y comunidades.
En un entorno global donde la productividad pareciera ser el único elemento por premiar, Dios nos recuerda que el éxito personal y la promesa de la felicidad son engaños con las que el mundo pretende engancharnos.
Jesús veía a las mujeres en su dolor y respondía al quebranto de su corazón. Él se conmovía por el sufrimiento de su llanto, ya sea pérdida, injusticia, rechazo, desesperación o culpa. Y, se agradaba que exteriorizaran su dolor sin reprimirlas, sin miedo a mostrarse vulnerables y necesitadas.
Las dudas sobre la fe no solo provienen de un cuestionamiento honesto, sino de una cultura que a menudo ve la religión como irrelevante o incluso perjudicial. Sin embargo, es precisamente en este contexto donde la teología puede ofrecer respuestas profundas y significativas.
La identidad sexual es tomada como una estrategia para lograr identificar mejor el perfil del consumidor y delimitar nuevos mercados objetivos sobre la base de elementos psicológicos.
Sin amor y humildad difícilmente podremos sentarnos a escuchar con atención la historia detrás de la identidad que hoy en día se ha convertido en el “salvavidas” de un corazón lastimado.
La responsabilidad humana hacia la creación es un acto de colaboración con el plan redentor de Dios hasta que Cristo venga.
La cruz, tanto para Jesús como para nosotros, implica sacrificio. Su sacrificio es nuestro perdón y salvación, nuestro sacrificio es seguimiento.
El cristianismo ha sido una fuerza dominante en el mundo de las ideas, moldeando la cultura y la ética occidental.
La iglesia puede cambiar los modelos mentales de las personas e invitarlas a participar en la historia compartida del pueblo de Dios.
Toda especulación y todo razonamiento se debe a la obediencia a Cristo.
Un llamado a la devoción: amar al Señor. Marta es el mejor ejemplo que poseemos de la correspondencia a la llamada del Señor Jesucristo.
Los líderes y las iglesias son llamados a proclamar las grandes obras que el Señor ha hecho para esta nueva generación.