El drama de la encarnación
Así que, Dios crea de la nada con su Logos. Su poder se manifiesta no solo en la hermosura de su creación, sino también en la relación que establece con ella. Crea lo que él considera que es bueno, con las condiciones exactas para que el culmen de su creación, el ser humano, habite, se desarrolle y se relacione con él llevando su imagen e imitándolo.