Manifiesto contra la ignorancia cristiana
El que lee, piensa. El que piensa, pregunta. El que pregunta, aprende.
El que aprende, enseña.
El que lee, piensa. El que piensa, pregunta. El que pregunta, aprende.
El que aprende, enseña.
Por tanto: si el cristiano dice creo sin pensar, entonces no sabe lo que cree; si el cristiano dice creo sin cuestionar, entonces no sabe por qué cree; si el cristiano dice creo sin confesar, entonces no sabe para qué cree.