Licencia para dudar
Es viernes y te invitamos a un café ¿cómo lo prefieres? Expreso, Latte, Capuchino, Mokaccino, Macciato, tómalo como más te guste, pero siempre en compañía de una buena conversación en Café, Cultura y Cristianismo.
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Si en verdad creemos que el ser humano es más y mejor de lo que es, entonces, ¿por qué seguimos buscando dentro de él la proyección de lo que puede llegar a ser o quisiéramos que fuera? ¿Por qué no mejor buscar más allá de él, más arriba de él? Este es el propósito del cristianismo: encontrar en el Dios revelado no solo a Dios mismo, sino a la humanidad también.
Cabe destacar que en esta creación existe igualdad ante Dios entre el hombre y la mujer, porque tanto uno como el otro son hechos partícipes de la imagen y semejanza divina en el acto de la creación, porque por “voluntad de Dios, el hombre no ha sido creado solitario, sino que ha sido llamado a decirse –tú– con el otro sexo”.
Las emociones existen y residen dentro del ser humano, sean bien empleadas o no, y si ellas están presentes, deben desempeñarse con algún motivo o propósito. En este sentido, “las emociones son mecanismos que nos ayudan a reaccionar con rapidez ante acontecimientos inesperados; a tomar decisiones con prontitud y seguridad, y a comunicarnos de forma no verbal con otras personas”.