A pesar de que este estudio se muestre parcial y brinde información interesante, otros acercamientos indican que un número cada vez mayor de mujeres han encontrado en la pornografía un sustituto de la felicidad. Provoca en las mujeres que temporalmente se olviden de los sentimientos de tristeza, miedo, enojo o aburrimiento. Pero el hábito que se crea conduce rápidamente a la depresión o también a lo que la depresión puede llevar.[7] La pornografía provoca que, frente a las imágenes porno, la mujer se vaya desensibilizando hacia su propio órgano sexual,[8] y, al igual que los hombres, el cerebro femenino ya no responde a las versiones más simplistas de imágenes eróticas. La mujer también necesita tener rápido acceso a las escenas de pornografía dura o violenta para excitarse.[9] Aquí un testimonio:
Espero que los que estudian este problema sean conscientes de que las mujeres, igual que los hombres, utilizan la pornografía para masturbarse. Estoy segura de que, en secreto, las mujeres no están muy lejos de los hombres en la cantidad de pornografía y en la dureza de las imágenes que contemplan, y esa es la razón por la cual muchas mujeres necesitan algún tipo de estimulación para llegar al clímax.[10]
Por otro lado, el portal Truth About Porn es una herramienta que promueve la investigación sobre los efectos dañinos de la pornografía. El objetivo de los creadores es equipar al público con investigaciones actualizadas sobre los efectos dañinos de la pornografía, en donde se incluye a la población femenina. También indican que la pornografía afecta las relaciones, porque influye en las expectativas sexuales y revela efectos negativos en las relaciones, en la satisfacción y el compromiso, y también aumenta la estadística de conflicto y rupturas de las relaciones. Como último, indican que afecta a la sociedad porque se incluye en ella la violencia y el tráfico sexual de personas.[11]
Conclusión
Relacionar la pornografía con la mujer es un concepto totalmente nuevo. Si bien se ha manejado como tema tabú, es muy probable que pronto ya no lo sea, ya que la epidemia de la pornografía está presente en todas partes. Es lamentable que muchas mujeres tengan que luchar solas en contra de esta adicción por la vergüenza y la culpa, porque moralmente la pornografía se relaciona y se “acepta” más entre la comunidad masculina. Es un reto tanto para las que están luchando con esta adicción como para los consejeros, la iglesia, la familia y los amigos. Es un llamado también a la compasión para quienes no están vinculados con esta lucha, pero que sí están dispuestos a ayudar y acompañar a las mujeres que batallan por salir adelante y mantenerse puras, sean solteras o casadas. Queda por rogar la ayuda de Dios en todo este proceso, porque fácil no es y no lo será por cómo está caminando este mundo, cada vez más lejos de una moral sana. El tema de la pornografía y la mujer es un llamado para responder como iglesia y saber cómo tratar a quienes están dentro de esta batalla.
[1] N. Wolf, Vagina: Una nueva biografía de la sexualidad femenina (Barcelona: Kairós, 2013), 311.
[2] M. Hunter, “4 revelations about women and porn”, https://www.psychologytoday.com/us/blog/myths-desire/201806/4-revelations-about-women-and-porn
[3] S. Ashton, K. McDonald y M. Kirkman, “Women’s Experiences of Pornography: A Systematic Review of Research Using Qualitative Methods”, The Journal of Sex Research 55 (2018): 334-347.
[4] M. Hunter, “4 revelations about women and porn”, https://www.psychologytoday.com/us/blog/myths-desire/201806/4-revelations-about-women-and-porn
[5] N. Wolf, Vagina, 314.
[6] Ibíd.
[7] Fight the new drug, “Can Women Get Addicted To Watching Porn?, https://fightthenewdrug.org/can-women-get-addicted-to-pornography/
[8] N. Wolf, Vagina, 311.
[9] Ibíd.
[10] Ibíd., 312.
[11] https://truthaboutporn.org/
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