Como dato curioso, Ortiz indica que:
Los países que encabezan la lista de consumo pornográfico son: Estados Unidos (el país más evangélico de América); España (el país más católico de Europa); México (el país más católico del mundo); Alemania y Gran Bretaña (baluartes del protestantismo anglicano); y Francia e Italia (el país anfitrión del Vaticano).[8]
Ahora bien, desde un lente evangélico, Josh McDowell indica que la pornografía no solo es estar expuestos a páginas triple x o revistas de desnudos, sino también cuando se observan programas de televisión o películas en donde surgen escenas de sexo. Así mismo, ocurre también cuando vemos imágenes en revistas o propaganda que estén con el enfoque de generar excitación sexual, o también libros literarios que describen el sexo de una forma excitadora.[9] Además, como parte de esta gran definición que se intenta exponer, es necesario entender lo siguiente:
También suele decirse que es la “literatura de la desviación sexual”, ya que la pornografía alimenta las diferentes desviaciones sexuales como el exhibicionismo, voyerismo, fetichismo, travestismo, pederastia, homosexualismo, sadomasoquismo, necrofilia; al punto tal que existe pornografía especializada (literatura, revistas, películas, videos y boletines) para cada una de las diferentes parafilias.[10]
Es importante comprender que definir en sí la pornografía no es nada fácil porque contiene muchos matices. Sin embargo, tal como se ha expresado anteriormente, se puede dar una idea de lo que es pornografía y no solamente desde una sencilla explicación etimológica, sino también desde distintas perspectivas.
[1] C. A. Barzani et al., Actualidad de erotismo y pornografía (Buenos Aires: Topía, 2015), 63.
[2] P. Fernández, Mujer pública y vida privada: Del arte eunuco a la novela lupanaria (Gran Bretaña: Tamesis, 2008), 117.
[3] Miguel A. Fuentes, Los hizo varón y mujer: Novios y esposos ante el matrimonio y la sexualidad (Nueva York: IVP, 2006), 2.
[4] J. Santaemilia Ruiz, Género como conflicto discursivo: La sexualización del lenguaje de los personajes cómicos (Valencia: Universidad de Valencia, 2000), 69.
[5] Stamerra, Aceti, y Capovilla, Historia grande como nosotros: Manual para educadores y padres de familia (Bogotá: San Pablo, 2004), 99.
[6] Santaemilia Ruiz, Género como conflicto discursivo, 69.
[7] Stamerra, Aceti, y Capovilla, Historia grande como nosotros, 98.
[8] E. L. Ortiz, Intimidades: Para que estés bien desde adentro (Nashville: Grupo Nelson, 2012), 115.
[9] J. McDowell y E. Davis, 39 preguntas que tus padres esperan que nunca les hagas acerca del sexo (Florida: Patmos, 2011), 105-106.
[10] Fuentes, Los hizo varón y mujer, 2.
1 comentario
Dani · 27 octubre, 2024 a las 9:43 am
Eres cierto