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Pornografía: la pandemia silenciosa, parte 2

Muchos aún consideran tabú que el consumo de la pornografía sucede en los círculos cristianos. John Haney, en su artículo “Bailando en la oscuridad, la adictiva atracción de la pornografía”, comenta:

Algunas enseñanzas bíblicas y la guía moral puede tener un efecto protector en nuestros jóvenes; sin embargo, la psicología también enseña que las personas generalmente tienden a desarrollar un lazo muy estrecho con aquellas cosas que reprimen. En ocasiones los adolescentes que son más celosos de su fe y que luchan forzando pensamientos impuros fuera de sus mentes pueden subconscientemente alimentar fascinación con lo profano. Ignorar o tratar el asunto muy livianamente con muchachos cristianos es probablemente contribuir a una lucha mayor y puede hacer más fuerte su sentido de culpa y vergüenza cuando ceden.

Cuando se tiene un acercamiento simple o pobre sobre las adicciones y la pornografía se termina realizando un acompañamiento pastoral que no siempre es efectivo. Por eso es importante que se pregunte ¿quién es la persona más adecuada para trabajar con personas adictas a la pornografía?

  1. Líderes y pastores que no estén pasando por la misma adicción.
  2. Líderes y pastores capacitados en el tema de las adicciones porque se llega a pensar que esta problemática es solo un mal hábito sin darse cuenta de que en algunos casos tiene que ver con raíces profundas de necesidades emocionales o situaciones traumáticas.
  3. Especialistas de salud mental, si el caso proviene de un trauma es necesario referir a la persona.
  4. No trabajar con el sexo opuesto ya que esto puede resultar muy incómodo ya que hombres o mujeres no comprenderán en su totalidad la sexualidad del género opuesto.
  5. En caso de que el aconsejado esté casado, se recomienda trabajar con el cónyuge de quién está involucrado en la pornografía siguiendo el patrón del mismo género.

Es importante que se tenga en mente el factor vergonzoso y doloroso del proceso. En muchas ocasiones pueden ser casos descubiertos y no necesariamente fueron expuestos para buscar ayuda. En otros, la persona no acepta su situación y por tanto el proceso de consejería no avanza como se esperaría. Depende del aconsejado la aceptación de su problema y la responsabilidad que solo este puede y debe tomar.

Algunas propuestas[1]

Acompañamiento

  • A nivel más profundo es importante trabajar en el trauma que pudo llevar a este individuo a la pornografía. (Es necesario referir).
  • Enseñarle a encontrar satisfactores legítimos para sus necesidades legítimas.
  • El rompimiento debe de hacerse rotundamente, no progresivo.
  • El aconsejado debe aprender que él o ella son capaces de decidir sobre su conducta.
  • Anticiparse a las recaídas es importante y al mismo tiempo no hay que fomentar el permanecer en ese estado.
  • La persona tiene que decidir que es tiempo de cambiar e iniciar el proceso de una vez por todas.
  • El aconsejado necesita saber que al dejar la pornografía habrá varias ganancias en su vida.

Reeducar la mente y conexiones cerebrales

  • Se debe comenzar por romper la obsesión, reemplazarla con algo nuevo y saludable.
  • Cambio de rutina y patrones.
  • A medida que gana control, el individuo se sentirá lejos de la adicción, lo cual puede ser positivo, pero debe mantener aún su guardia en alto.
  • Es importante aprender a qué momentos son más vulnerables.
  • Nunca estarán totalmente listos para hacerlo, así que deben empezar ahora.
  • Haga que sus ojos reboten rechazando el estímulo negativo.

Restauración[2]

Estas recomendaciones se basan específicamente en personas que son cristianas ya que se debe manejar con respecto al proceso de restauración, el pecado, la tentación, la gracia, la comunidad de fe, rendición de cuentas. En base a esto, se recomiendan los siguientes puntos:

  • Es importante que el aconsejado aprenda la diferencia entre ser tentado y pecar.
  • Será importante dosificar la lucha. Enfrentar una batalla a la vez.
  • Cuando se den las recaídas habrá que levantarse y seguir luchando porque nos basamos en el proceso de santificación.
  • Tratar el tema llana y plenamente, no como tema “tabú”.
  • Tratar el tema también desde la perspectiva clínica, que toma en cuenta la adicción y la realidad del uso extendido de la pornografía.
  • Explicar pasos prácticos desde la fe: a) Memorización de las Escrituras. b) Rendición de cuentas. c) Una vida con propósito. d) Disciplinas y hábitos espirituales. e) Promover una vida cruciforme, ir a la cruz por misericordia, perdón, gracia, propósito y vida. Allí morimos, y también allí tenemos vida nueva.

Por último, al tratar con personas cristianas adictas a la pornografía se debe recordar lo que Pablo escribió en la carta a los Romanos 7:15-24: “No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco. ¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal?” Esta es una realidad en las comunidades cristianas donde no se respeta edad, clase social, sexo o cultura. Esta es la lucha contra la naturaleza pecaminosa, contra la misma que el Apóstol Pablo luchaba. Por eso, el acompañamiento de pastores y líderes es necesario y pertinente para los hombres y mujeres que están en la oscuridad de la pornografía. La iglesia necesita tomar consciencia en la capacitación de pastores y líderes sobre este tema y saber acompañar de una forma eficaz y oportuna de esta epidemia silenciosa.

Tips por Gary Wilson desde la perspectiva clínica[3]

  • Investiga lo que más puedas de la pornografía.
  • Cambia tu ambiente, ve más al público e invita a las personas a entrar a tu ambiente.
  • Remplaza tus hábitos de pornografía haciendo algo que te gusta. Cambia tu adicción por algo legítimo.
  • Prepárate para la desintoxicación, mantente en contacto con los demás. Fatiga, irritabilidad, etc. Tienes que ser cuidadoso con los disparadores. Evita los disparadores durmiendo temprano, limita tu tiempo de visita a ciertos lugares, limita el tiempo que navegas en internet sin un propósito, no salgas o compartas tiempo con gente que te invita a usar la pornografía.
  • Mantente productivo y ocupado. Utiliza cosas “raras” para decirle a tu cerebro que eso es malo.
  • La plasticidad puede ser revertida con el tiempo.

[1] Propuestas tomadas de la clase del Dr. Sergio Mijangos, “Consejería en casos de índole sexual” impartida en el Seminario Teológico Centroamericano.

[2] Se añadieron recomendaciones adicionales a las propuestas del Dr. Sergio Mijangos enfocadas en pastores, líderes y ministros.

[3] Puede encontrar más información en este enlace de Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=i6gk4lW1hPo / https://www.youtube.com/watch?v=dzyispiBH9c

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