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Comercialización justa y equitativa desde Deuteronomio, parte 1.

El libro de Deuteronomio tiene un mensaje sobre la solidaridad con los débiles y el amor hacia los enemigos, ambos dentro del desarrollo de la propuesta del Pacto, entre Dios y los hombres. Esto a decir de Otto Eckart[1] se exponen a través de intercalación de mandatos culturales y penales en las series de preceptos. Están entramados en la redacción del libro, los puntos de vista de la responsabilidad social y la pureza de la tierra en la sección que abarca de Dt 19 al 25.[2] Esta forma de escritura procede de la tradición asiria y está documentada también en el código meso asirio.[3]

En el Antiguo Testamento a parte de la narración de la relación de Dios con su pueblo, hay varios ejemplos de resistencia contra la opresión, injusticia en la sociedad y dominación extranjera;[4] pero también hay preceptos para manejar varios temas cotidianos, pero con perspectivas teológicas. Hay varios versículos en la Biblia que mencionan temas relacionados con principios de economía, justicia, desarrollo social, gestión de recursos naturales y solidaridad, que pese a que era enmarcados a una época especifica, sus enseñanzas centrales pueden trasladarse hasta la actualidad frente a otros contextos.

La sociedad en la época del Deuteronomio era considerada una “del grupo”, es decir una sociedad colectiva, de producción de bienes de primera necesidad y con poca producción de bienes.[5] En el caso de Israel, durante su temporada en el desierto, incluso no producían (no sembraban), ya que su sustento era por recolección y a través del maná y la recolección de frutos. Como se menciona en Dt 20:19 “Si antes de conquistar una ciudad tienes que sitiarla por mucho tiempo, no derribes sus árboles a golpe de hacha, pues necesitarás alimentarte de sus frutos”. Esto buscaba que el pueblo judío tuviera su seguridad alimentaria en un ambiente adecuado para desarrollar sus medios de vida, tanto en el desierto, como en la tierra que Dios les regalo donde fluía leche y miel según la promesa (Dt 31:20).

Pero antes de ser una sociedad de producción agrícola, era una sociedad en riesgo, sin embargo, bendecida por Dios; ya que, a través de la gestión colectiva, podían también afrontar peligros y escases.[6] La realidad socio productiva cambió al ingresar Israel a la tierra prometida, como se muestra en la narrativa Antiguo Testamento, ya que el Pueblo de Dios, entró en una la tierra prometida fértil.[7] Esto originó un medio agrícola próspero como el profetizado pues proveía el autoconsumo y la comercialización para los israelitas. Esto se puede corroborar con las pruebas arqueológicas de las excavaciones de Samaría y Meguido, y las referencias de los profetas Amós y Oseas.[8]

La bendición de Dios por cumplir el Pacto fue reflejada en la bonanza de la tierra; pero hay condiciones mencionadas en la ley, como la solidaridad y generosidad entre los integrantes del pueblo[9] que no fueron cumplidas. Además, como se puede encontrar en varias secciones del Antiguo Testamento, esta realidad próspera cambió por la desobediencia y el pecado como menciona Amós 6:8 “El Señor y Dios ha jurado por sí mismo el Señor Dios de los Ejércitos afirma: “Yo detesto la arrogancia de Jacob; yo aborrezco sus fortalezas. Por eso entregaré la ciudad al enemigo, con todo lo que hay en ella”.

La ley de Deuteronomio, a decir de José Santos Torres Muñoz,[10] abarca tres sectores de la vida social: alimentación, familia y culto. En el sector alimentación y medios de subsistencia, se podría considerar recomendaciones para la producción, comercialización y consumo en la normativa. El derecho a la posesión de la tierra y su usufructo privado estaba garantizando también en la ley.[11] Pero también tenía una consideración extra, en lo referentes a medios de vida, relacionada con el derecho a una existencia digna de la gente que producen y de las personas pobres o extranjeras. La ley del Deuteronomio no intenta hacer una asistencia social estatal, más bien postula normas que permitan a los individuos empobrecidos salir de esta situación, como lo menciona Dt 24:21 “Cuando coseches las uvas de tu viña, no repases las ramas; los racimos que queden, déjalos para el extranjero, el huérfano y la viuda”.

Sin embargo, Israel no cumplió todo esto y se convirtió en una nación egoísta e injustas, como menciona Amós 8:4-5 “Oigan esto, los que pisotean a los necesitados exterminan a los pobres de la tierra. Ustedes dicen: “¿Cuándo pasará la fiesta de luna nueva para que podamos vender grano o el día de reposo para que pongamos a la venta el trigo?”. Ustedes buscan achicar la medida y aumentar el precio, falsear las balanzas”.

¿Cómo era la justicia en la época del Deuteronomio? ¿Cuáles eran los resultados ante la negativa de la justicia? ¿Cómo era vista la prosperidad y el desarrollo en medio de la injusticia? Para estas preguntas, responderemos en las próximas dos entradas del blog.


[1] Eckart Ottom, “Del Libro de la alianza a la ley de Santidad: la reformulación del derecho Israelita y la formación del Pentateuco” (1994).

[2] Todos los textos bíblicos serán tomados de la Nueva Versión Internacional, revisión de 2015, salvo en los casos cuando se indique de otra forma

[3] Eckart, “Del Libro de la alianza a la ley de Santidad”, 203.

[4] Júlio Paulo Tavares Zabatiero. “Em busca de uma economia solidária. Dt 14, 22-15, 23: resistência popular e identidade social”, Estudos Bíblicos 22.84 (2004): 9-21.

[5] Pizzorno Patricia, “Não deve haver necessitado no meio de ti… (Dt 15.4): dimensão social da bênção no livro do Deuteronômio”, Protestantismo em Revista 23 (2010): 85-91.

[6] Ibíd., 87.

[7] Ex 3:17 “Por eso me propongo sacarlos de su opresión en Egipto y llevarlos al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. ¡Es una tierra donde abundan la leche y la miel!”

[8] Ibíd., 89.

[9] Ibíd., 91

[10] José Santos Muñoz Torre, “La Alianza como elemento articulador de la propuesta ética de la religión del antiguo Israel”, Franciscanum 145 (2007): 43-63.

[11] Ibíd., 55.

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