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Salud mental y coronavirus: los estudiantes universitarios frente al aislamiento, parte 1

El 30 de enero del 2020 la Organización Mundial de la Salud declaró el brote de COVID-19 como pandemia. Fue nombrado así porque el nivel de propagación del virus había alcanzado, hasta esa fecha, a casi todos los países del mundo, por lo que se catalogaba como una emergencia de salud pública. Los países y gobiernos de todo el mundo tomaron medidas drásticas para evitar la propagación del virus y el colapso del sistema de salud. Las medidas que se implementaron abarcaron desde el confinamiento forzado hasta el cierre de fronteras, centros comerciales y, particularmente, centros educativos.

Muchos estudios se han realizado ya sobre el virus, las vacunas y posibles medicamentos que ayudarán a prevenir la enfermedad grave y la muerte. Sin embargo, esta enfermedad no solo ha generado problemas en la salud física de las personas, también ha ocasionado repercusiones en la salud mental en gran parte de la población. Debido a que la enfermedad sigue avanzando y algunas medidas de contención siguen vigentes, todavía no se puede medir y conocer a cabalidad el impacto que tendrá dicha situación en la salud mental.

Hacer consciencia sobre este tema, muchas veces estigmatizado socialmente, es imprescindible para poder prevenir y detener el proceso de deterioro en la salud mental, especialmente en la vida de los estudiantes. Esta investigación pretende demostrar el impacto del confinamiento en la vida de los estudiantes y su rendimiento. Así mismo, desea brindar un plan de acción y recomendaciones concretas para contrarrestar el deterioro en la salud mental de los estudiantes.

Particularidades de la salud mental

¿Qué es la “salud mental”?

La salud mental es un factor muy importante en el desarrollo de cualquier individuo, y está condicionada por factores biológicos, historia familiar y eventos en la vida de la persona. La OMS define la “salud mental” como “un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.[1] La salud se ve reflejada en los pensamientos de la persona, en la manera que interpreta y racionaliza todo a su alrededor y, por consiguiente, en cómo se comporta y se conduce. Además, es determinante ante situaciones que involucran estrés o circunstancias adversas.

Condicionantes de la salud mental

Según los autores Cabanyes y Melián, existen tres condicionantes definitivas para la salud mental:

la neurobiología, la personalidad y los factores ambientales. Entre los tres hay una marcada interacción multidireccional. Cada uno de ellos ejerce grados variables de condicionamiento sobre la salud mental; y lo hacen en diferente medida a lo largo del ciclo vital y en las distintas situaciones en las que se encuentra el sujeto.[2]

Es importante reconocer este concepto, porque establece que los factores ambientales son determinantes para una buena salud mental. En el contexto que se vive actualmente, la crisis constituye el factor con más influencia en la salud de las personas, tanto física como mentalmente. De igual manera, el distanciamiento social forzado constituye un evento de gran magnitud e implicación en el desarrollo de un individuo, que con un buen estado de salud no debería tener repercusiones en la salud mental. Sin embargo, para ciertos individuos puede que este distanciamiento sea considerado como un evento catastrófico, y la capacidad de superarlo dependa del estado de salud mental del individuo. A este concepto se le conoce como “resiliencia”, ya que “explica la capacidad de la persona para adaptarse a las situaciones adversas de la vida positivamente, reduciendo o minimizando los impactos negativos sobre la salud mental”. [3]

Implicaciones de la pandemia en la salud mental de los estudiantes

Estudios realizados

En general, los efectos del distanciamiento social han causado consecuencias en gran parte de la población. Estudios realizados señalan que a partir de la declaración de emergencia que se originó en China las emociones positivas (felicidad y satisfacción) disminuyeron, mientras que hubo un incremento en las emociones negativas: ansiedad, depresión o indignación.[4] De la misma manera, la salud mental de los estudiantes ha sido considerablemente afectada, por lo que se han realizado estudios para evaluar su rendimiento académico y la relación con su salud mental.

Un estudio realizado a estudiantes universitarios de la carrera de medicina en China confirmó que sobre una muestra de 7143 estudiantes el 0.9 % presentaba ansiedad severa, el 2.7 % ansiedad moderada y el 21.3 % ansiedad leve. Además, se determinó que factores económicos, efectos en la vida rutinaria y, sobre todo, retrasos en las actividades académicas eran asociados positivamente con los síntomas de ansiedad que sufrían. La conclusión del estudio fue que debido a los datos obtenidos es necesario crear conciencia sobre el impacto en la salud mental de los estudiantes.[5] Es importante resaltar que el propósito del estudio fue que a través de los resultados obtenidos tanto las instituciones educativas como el gobierno pudieran formular un plan de acción.

De la misma manera, se realizó un estudio a universitarios en Grecia para determinar el impacto del confinamiento en su salud mental. Los datos obtenidos mostraron un incremento horizontal en las siguientes áreas: ansiedad en un 42.5 %, depresión en un 74.5 %, pensamientos suicidas un 63.3 %. Además, se indicó que la calidad de sueño, aun estando en confinamiento, disminuyó en un 43 %.[6] Aunque el estudió indicó que los pensamientos suicidas estaban en auge, es poco probable que estos resulten en intentos suicidas. Sin embargo, los resultados alarmantes son motivo suficiente para preocuparse de la salud mental en los estudiantes.

Salud mental y rendimiento académico

Mediante un estudio realizado que abarcaba tres generaciones de estudiantes de educación superior se determinó que “sí existe una asociación estadísticamente significativa entre los problemas de salud mental y el rendimiento académico”.[7] Debido a que la salud mental es determinante en la manera de racionalizar y responder a todas las circunstancias de la vida, el rendimiento académico se ve altamente afectado cuando existe una alteración en la misma. En el contexto de la pandemia, el confinamiento social y la nueva modalidad de impartir clases en línea constituyen factores sociales que han afectado la salud mental de los estudiantes y, por ende, su rendimiento académico.

¿Qué plan de acción proponemos? ¿Qué recomendaciones podemos ofrecer para recuperar la salud mental de los estudiantes? Eso se abordará en un siguiente artículo.


[1] Organización Mundial de la Salud, Invertir en salud mental (Suiza, 2004), 7.

[2] Javier Cabanyes et al., La salud mental y sus cuidados (Pamplona: EUNSA, 2017), 129.

[3] Programa Espacio Joven, Manual de salud mental para profesionales del ámbito educativo (Barcelona: Centre d’Higiene Mental Les Corts, 2012), 21.

[4] Victoria J. Huarcaya, “Consideraciones sobre la salud mental en la pandemia de COVID-19”, Rev. Perú Med. Exp. Salud Pública (2020): 2.

[5] Tomado y adaptado de http://sciencedirect.com; Wenjun Cao et al., The psychological impact of the COVID-19 epidemic on college students in China, Psychiatry Research (Shanxi Province: Science Direct, 2020).

[6] Tomado y adaptado de http://sciencedirect.com; Chrysi K. Kaparounaki et al., University students’ mental health amidst the COVID-19 quarantine in Greece, Psychiatry Research (Grecia: Science Direct, 2020).

[7] María Rosete, “Salud mental vs. rendimiento académico en alumnos de educación superior”, Vertientes (2006): 18-29.

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