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¡El nacimiento que cambió la historia!

En 1809 nacieron muchos grandes escritores, estadistas que hicieron gran aporte a la civilización, entre ellos: Louis Braille, el creador del sistema de escritura Braille; el escritor ucraniano de origen ruso Nicolái Vasílievich Gógol; el célebre escritor estadounidense Edgar Allan Poe; Abraham Lincoln el decimosexto presidente de los Estados Unidos; el estadista británico Willian Gladstone, etc. Como bien lo expresa Charles R. Swindoll: “Los que vivían en 1809 estaban con la atención puesta en Napoleón, que marchaba a través de Austria como un incendio a través de los campos de trigo. A medida que caseríos, aldeas y ciudades caían bajo su dominio, la gente se preguntaba si todo el mundo caería algún día en sus manos…” “¿Pero a quién le importaban los bebés, los biberones y las cunas, cuando Napoleón estaba haciendo de la suyas en Austria?”

Situación histórica

Una situación similar sucedió en el primer siglo de la historia, a quien le importaban los bebés tenía puestos sus ojos en el Imperio Romano. Luego de los imperios como los egipcios, babilonios, los medo-persas, los asirios y el griego, ahora la Roma invencible era quien vociferaba y tenía a todos subyugados. Había influencia helénica, era un mundo imperialista, humanista y triunfalista. En medio de esta sociedad ocurre el evento más maravilloso de la historia humana. Israel deseaba la venida de un gran héroe militar, para que les diera la libertad, pero fue algo más grande que eso, aunque no como ellos lo esperaban. Willian MacDonald lo expresa de esta forma: “Nos da vértigo pensar que el Creador y sustentador del universo entró en la historia humana no como un héroe militar conquistador, sino como un pequeño Bebé. Pero esta es la verdad de la Encarnación”. [1] ¡Gloria a Dios por la venida de Jesús en la primera Navidad!

La Navidad, sin lugar a duda es la época más alegre del año, es una fiesta donde hay arbolitos decorados, dramas alusivos a la temporada, villancicos, regalos, amistad, amor, convivencia, comidas exquisitas y muchas cosas más. Pero en medio de todo esto, es importante meditar y reflexionar sobre el verdadero sentido de esta época. Con mucha precisión, Juan Crisóstomo, padre de la iglesia, dijo: “La Navidad es la fiesta de todas las fiestas”.

Algunas aclaraciones

¿Qué significa la palabra Navidad? La palabra “Navidad” es una abreviación de Natividad. Este término se deriva del vocablo latino “natalicio” que significa “nacimiento”. Eso indica que la fiesta navideña tiene como propósito formal celebrar un nacimiento: El nacimiento de Cristo.[2]

¿Cuándo se da a conocer la Navidad al hombre? El gran anuncio de la venida del Mesías lo encontramos primeramente en Génesis 3:15. “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”. Versículo que los teólogos han llamado el “protoevangelio”, es decir, el primer evangelio; esa promesa gloriosa de la venida del Mesías salvador.

¿Cuándo sucede la Navidad? La primera Navidad se da cuando Jesús entra en este mundo. Durante los primeros siglos se dieron algunas controversias respecto a la humanidad de Jesús, algunos decían que Jesús no había venido en carne. Por tal razón los padres de la iglesia se dieron a la tarea de escribir respecto la encarnación de Cristo. Para finales del siglo IV gran parte de occidente y oriente ya se celebraba el 25 de diciembre como la fecha en que Cristo había nacido. Por supuesto, no se puede asegurar que Jesús naciera el 25 de diciembre, sin embargo, lo que celebramos es el glorioso acontecimiento que bien expresa Pablo a los Gálatas: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos”.

¿Cuál es el propósito de la Navidad? El propósito de la venida del Mesías es salvar a un mundo perdido, envuelto en delitos y pecados. Las deidades de las diferentes civilizaciones exigen y piden, de la misma manera hoy, se dice que hay que dar y hacer para buscar la salvación; sin embargo, Dios padre no exige ni pide, Él da lo mejor y lo más preciado como: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. 

Conclusión

Muchas veces podemos idealizar el pesebre y tener una idea pintoresca del nacimiento de Jesús, cuando en realidad fue una manera vulnerable su entrada a este mundo y no menor la forma como se fue del mismo. Cumplió el propósito de su venida al morir en la cruz y Él llevó nuestra maldición, por su sacrificio somos limpiados del terror del pecado y ahora podemos entrar hasta el trono del Dios Padre, hemos sido justificados y hemos recibido la salvación. Todo esto inició desde Belén, con el nacimiento de Cristo. “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén”. (Rom 11:36).


[1] MacDonald, William. (2004) Comentario Bíblico. (p. 612) Viladecaballs, Barcelona: Editorial Clie

[2] Donnelly, Alex. (2011) Revista Nueva Reforma. (p. 20)

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