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El Nuevo Testamento está inscrito en las interpretaciones que los autores hacen de las Escrituras judías. A través del Evangelio de Mateo se puede observar cómo las Escrituras (Antiguo Testamento) se cumplen en la vida de Jesús. Un análisis general ayuda a entender cómo los autores de los evangelios hacen uso de las Escrituras indistintamente, incluyendo aquellos judíos que no creyeron en Jesús como el Mesías.
Mateo
El escritor hace alusión a las Escrituras en 13 ocasiones, 3 de ellas hacen referencia a personajes que se pueden encontrar a lo largo del AT, como cuando menciona la genealogía de Jesús (1:1-17). Asimismo, en el 17:3 al mencionar a Elías y Moisés; y quizás al referirse a la vestimenta de Juan el Bautista en 3:4 como una comparación entre este y Elías (2 R 1:8).
Las otras diez referencias hacen alusión al cumplimiento de las Escrituras en la venida de Jesús. En una de estas ocasiones se menciona “para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta” (2:15), en cuatro ocasiones solo menciona “lo dicho por el profeta”,[1] en tres ocasiones habla sobre el cumplimiento de lo dicho por el profeta Isaías[2] y en dos ocasiones menciona lo dicho por Jeremías.[3]
Mateo usa como argumento de su evangelio las Escrituras veterotestamentarias para respaldar la venida de Jesús como Mesías.
Jesús
Jesús mismo, en el Evangelio de Mateo, hace alusión a las Escrituras. Estas pueden subdividirse en secciones que suman en total 44 referencias. Las secciones que se proponen son: el cumplimiento de las profecías, referencias a la ley, los profetas, acontecimientos y/o personajes del AT y referencias hacía la ley y los profetas.
Así como Mateo, cuatro referencias de Jesús hacen alusión al cumplimiento de las profecías, dos de ellas hacen mención del profeta Isaías (13:14; 15:7) refiriéndose a aquellos que ven y oyen, pero no comprenden pues su mente esta entorpecida. Las otras dos hacen alusión a los profetas (26:56) y a las Escrituras (26:54) sobre el cumplimiento del arresto y muerte de Jesús indicando que “era necesario que así se haga”.
Luego se pueden encontrar veinte referencias a la ley, los profetas, acontecimientos y/o personajes del AT. Entre los personajes Jesús menciona a Salomón (6:29; 12:42), a David (22:43-45), a Jonás (12:39-45; 16:4), los profetas (13:17) y Elías (17:11, 12). El motivo varía entre ejemplificar la fe, la bendición, la esperanza; y dejar en claro los puntos como el cumplimiento de la venida de Elías en Juan el Bautista y la resurrección de Jesús representada por Jonás dentro del gran pez por tres días y tres noches.
Otro personaje de quien Jesús hace referencia específica es el profeta Daniel en 24:15, cuando habla sobre las profecías de los últimos tiempos y cómo las palabras de Daniel se cumplirán. Así mismo hay referencias hacía la ley y los profetas, sobre cómo Jesús no vino a abolirla sino a cumplirla (5:17). En otros casos enseña sobre el trato correcto que debe haber entre ellos y sobre los mandamientos (7:12; 19:17 y 22:40).[4]
Se pueden ver también escenas donde Jesús utilizó las Escrituras para vencer la tentación en el desierto con la expresión: “escrito esta”,[5] también instruye y aclara lo que realmente dice la ley: “oísteis que fue dicho”[6] y en otras ocasiones para defender su postura: “¿no habéis leído?”,[7] “Dios mandó diciendo” (15:4), “erráis ignorando las Escrituras” (22:29).
En estas últimas secciones Jesús no se refiere en sí a un profeta en específico, solamente hace referencia a las Escrituras para sí mismo. Aquí Jesús hace uso de las Escrituras como fundamento de su obra y enseñanza.
Diablo, Fariseos y Saduceos
Mateo muestra cómo también las Escrituras pueden ser tergiversadas y utilizadas para engañar, malinformar y destruir la verdad y justicia de Dios. En la escena de la tentación, el diablo utiliza las Escrituras para tentar a Jesús. Luego de que este se ha defendido con la Escritura, el diablo utiliza la misma frase: “escrito está” (4:6).
En el caso de los fariseos y saduceos sus intenciones al utilizar las Escrituras son, como en el caso del diablo para tentar y tratar de hacer caer a Jesús, en muchas ocasiones mencionan los mandatos de Moisés y/o los mandamientos (19:7; 22:24, 35, 36).
Otros personajes
Entre otros personajes se encuentran el Ángel del Señor (1:22), los magos (2:5) y Juan el Bautista (3:3) utilizando las Escrituras para anunciar el cumplimiento de estas en Jesús. En el caso del ángel menciona “lo dicho por el Señor por medio del profeta”, los magos solo mencionan en general al profeta y Juan el Bautista que sí menciona al profeta Isaías y cómo este profetizó sobre Jesús.
Por otro lado, están los discípulos (16:14; 17:10) que se refieren a personajes que se encuentran a lo largo de las Escrituras: Elías y Jeremías. Por último, quizás se puede mencionar al pueblo (12:23; 21:9, 15), a la mujer cananea (15:22) y a los dos ciegos de Jericó (20:30, 31) al llamar a Jesús Hijo de David, lo cual implica que conocían las Escrituras, esperaban al Mesías y reconocieron a Jesús como ese Mesías esperado.
Conclusión
Por lo tanto, a través del Evangelio de Mateo, se puede observar cómo las referencias a las Escrituras del Antiguo Testamento remarcan su cumplimiento en Jesús desde su nacimiento, su ministerio, hasta su muerte en la cruz y resurrección. Esto se evidencia en las palabras de varios personajes a lo largo del evangelio, incluso por el mismo diablo al llamarlo “Hijo de Dios” (4:6). Jesús es el mesías prometido, el Hijo de David que vino a cumplir las profecías de esperanza anunciadas a lo largo del AT.
Las referencias también muestran el debido cuidado que se debe tener al interpretar la Escritura para no tergiversarla, sino más bien conocerla para vivir lo que en ella está escrito, defenderla, salir victoriosos en las pruebas y tentaciones, y para no ser confundidos ni engañados por aquellos que la utilizan con fines de malinformar y destruir la verdad que en ella se encuentra. Por último, recalca la esperanza venidera de que todo lo que está escrito se cumplirá, por lo que Jesús volverá y este es el tiempo para ver, escuchar y reconocerlo según lo escrito.
[1] 2:23; 13:35; 21:5; 27:35.
[2] 4:14-16; 8:17; 12:17.
[3] 2:17-18; 27:9.
[4] 7:12; 19:17 y 22:40
[5] 4:4, 7, 10; 11:10; 21:13; 26:31
[6] 5:21, 27, 31, 33, 38, 43; 8:4; 19:8, 17-19; 23:2
[7] 12:3, 5; 19:4-5; 21:16, 42; 22:31
La espiritualidad cristiana, definitivamente, tiene que ver con la totalidad de la vida, es decir, se lleva a cabo y se ejercita en lo individual y en lo comunitario, en la soledad y en lo social. También es cierto que esta tiene un fin: acercarnos más a Dios y a nuestro prójimo. ¿Cuáles son aquellas prácticas que nos ayudan a ser mejores discípulos del Señor? ¿Qué es, realmente, la “espiritualidad cristiana”? ¿Hemos olvidado ejercicios espirituales valiosos? Te invitamos a unirte a esta nueva conversación.
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