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Una de las grandes preocupaciones entre los profesionales de la salud mental y aquellos que trabajan con adolescentes es la adicción a las redes sociales. Hay muchas situaciones en las que el uso de las redes sociales puede ser fructífero y tener un resultado positivo. No obstante, existe una preocupación real sobre la adicción a las redes sociales y los problemas de salud mental.
Un análisis cuidadoso de los datos permite identificar un deseo humano legítimo debajo de algunas de las causas de la adicción a las redes sociales. Este deseo legítimo es el de aceptación y pertenencia. Es decir, el problema de la adicción a las redes sociales entre los adolescentes le subyacente la baja autoestima y el deseo de aceptación. Desde un punto de vista cristiano es posible legitimar una “respuesta de confianza en Jesús” en lugar de una de “confianza en sí mismo”.
Esta serie de tres artículos comienza presentando un análisis basado en datos sobre el problema de la adicción a las redes sociales entre los adolescentes. Luego, argumenta que hay un deseo legítimo de aceptación y pertenencia detrás de esta adicción. La última sección sugiere un programa de discipulado para que una iglesia aborde este problema desde un punto de vista de “confianza en Jesús”.
La aceptación y la pertenencia como deseo legítimo entre los adolescentes
No se puede negar que la llegada de las redes sociales ha cambiado rápidamente el mundo.[1] Particularmente entre los adolescentes y adultos jóvenes, las redes sociales se han convertido en el espacio de referencia para el entretenimiento, la socialización y la información. Según una encuesta del Pew Research Center, a finales de 2023 más del 93% de los adolescentes de 13 a 17 años están activos en YouTube, y más del 60% de ellos están activos en otras plataformas populares. Algunos de los adolescentes encuestados describen su uso de las redes sociales como “casi constante”.[2] Este uso excesivo de las redes sociales puede calificarse como una nueva forma de adicción, que produce efectos no deseados especialmente entre los usuarios adolescentes.
La investigación profesional ha planteado la preocupación sobre la correlación entre la adicción a las redes sociales y los problemas de salud mental entre los adolescentes.[3] La baja autoestima y la depresión son algunas de las preocupaciones más comunes relacionadas con la adicción a las redes sociales entre los adolescentes. Por ejemplo, un estudio de 2018 realizado entre adolescentes en el Reino Unido descubrió que claramente existe “una asociación entre el uso de las redes sociales y los síntomas depresivos”.[4] Otro estudio realizado el mismo año en Estados Unidos muestra resultados similares, destacando la correlación entre la adicción a las redes sociales y el bajo bienestar psicológico.[5] Este mismo diagnóstico se encuentra en otros estudios realizados entre adolescentes en diferentes países.[6]
Los estudios han demostrado que uno de los factores subyacentes para el uso excesivo de las redes sociales entre los adolescentes, particularmente para aquellos con baja autoestima, es el deseo legítimo de aceptación y pertenencia.[7] Un estudio realizado en China sugiere que las personas con baja autoestima tienden a usar las redes sociales para compensar sus luchas de la “vida real”.[8] Es importante notar que los adolescentes en particular dan mucha importancia a las relaciones entre pares. A veces, las redes sociales pueden actuar como un sustituto de estas relaciones tan necesarias en la vida real.[9]
El problema parece ser que las redes sociales no son un sustituto de las relaciones de la vida real, y solo resultan en una baja autoestima y mayores niveles de depresión. Lo que sucede es que el sistema de las redes sociales de promover grandes grupos de seguidores e interacciones virtuales puede proporcionar al adolescente una falsa sensación de aceptación. Sin embargo, los efectos en el mundo real de esta aceptación del “mundo virtual” son un mayor nivel de ansiedad y depresión y una menor autoestima. Además, algunos estudios han demostrado que los problemas de salud mental y la adicción a las redes sociales funcionan como una especie de círculo vicioso que se alimenta mutuamente. Las personas con baja autoestima gravitan hacia las redes sociales en busca de comodidad, lo que inadvertidamente resulta en problemas de autoestima más profundos y depresión.[10]
Ahora bien, es importante tener en cuenta que no todos los usuarios de las redes sociales se vuelven adictos, y que no todos los que se enfrentan a la adicción tienen las mismas causas. Hay muchas situaciones en las que el uso de las redes sociales puede ser fructífero y tener un resultado positivo. No obstante, existe una preocupación real sobre la adicción a las redes sociales y los problemas de salud mental, especialmente entre los adolescentes. Sin embargo, al analizar los datos, es posible identificar un deseo humano legítimo debajo de algunas de las causas de la adicción a las redes sociales. Este deseo legítimo es el de la aceptación y la pertenencia.
Por lo tanto, para abordar eficazmente el problema de la adicción a las redes sociales entre los adolescentes, es importante abordar el problema subyacente de la baja autoestima y el deseo de aceptación. La mejor manera de abordar este problema es identificando el deseo subyacente legítimo y proporcionando una “respuesta de confianza de Jesús” en lugar de una de “confianza en sí mismo”.
[1] Según una encuesta de Pew Research, al menos la mitad de la población adulta de EE. UU. utiliza las redes sociales como fuente de consumo de noticias (véase Luxuan Wang, Naomi Forman-Katz, “Muchos estadounidenses encuentran valor en obtener noticias en las redes sociales, pero las preocupaciones sobre la inexactitud han aumentado”, Pew Research Center, 27 de febrero de 2024, https://www.pewresearch.org/shortreads/2024/02/07/man
y-americans-find-value-in-getting-news-on-social-media-but-concerns-about-inaccuracy-have-risen/.
[2] Monica Anderson, Michelle Faverio y Jeffrey Gottfried, “Adolescentes, redes sociales y tecnología 2023: YouTube, TikTok, Snapchat e Instagram siguen siendo las plataformas en línea más utilizadas entre los adolescentes estadounidenses”, Pew Research Center, 11 de diciembre de 2023, https://www.pewresearch.org/internet/2023/12/11/teens-social-media-and-technology-2023/.
[3] Mucha investigación se ha hecho y se sigue desarrollando sobre este tema. Para algunos estudios realizados en los EE. UU., consulte Jean M. Twenge y W. Keith Campbell, “Asociaciones entre el tiempo de pantalla y el menor bienestar psicológico entre niños y adolescentes: evidencia de un estudio basado en la población”, Preventive Medicine Reports 12, (diciembre de 2018): 271-283, https://doi.org/10.1016/j.pmedr.2018.10.003; Cecilie Schou Andreassen et al., “La relación entre el uso adictivo de las redes sociales y los videojuegos y los síntomas de los trastornos psiquiátricos: un estudio transversal a gran escala”, Psicología de los comportamientos adictivos 30, n.º 2 (marzo de 2016): 252-62, https://doi.org/10.1037/adb0000160. Para los estudios realizados a nivel internacional, véase Yubo Hou et al., “Social media addiction: Its impact, mediation, and intervention”, Cyberpsychology: Journal of Psychosocial Research on Cyberspace 13,1 (2019): artículo 4, http://dx.doi.org/10.5817/CP2019-1-4; Hosam Al-Samarraie et al., “La adicción de los jóvenes usuarios a las redes sociales: causas, consecuencias y prevenciones”, Information Technology & People 35, n.º 7 (diciembre de 2022): 2314-2343; Nazir Hawi y Maya Samaha Rupert, “Las relaciones entre la adicción a las redes sociales, la autoestima y la satisfacción con la vida en estudiantes universitarios”, Social Science Computer Review 35, n.º 5 (agosto de 2016): 1-11, DOI:10.1177/0894439316660340; Ali Simsek, Kemal Elciyar y Taner Kizilhan. “Un estudio comparativo sobre la adicción a las redes sociales de estudiantes de secundaria y universitarios”, Tecnología Educativa Contemporánea 10,2 (2019): 106-119, https://doi.org/10.30935/cet.554452.
[4] Yvonne Kelly et al., “Uso de las redes sociales y salud mental de los adolescentes: hallazgos del estudio de cohorte del milenio del Reino Unido”, EClinical Medicine 6, (diciembre de 2018): 66, https://doi.org/10.1016/j.eclinm.2018.12.005.
[5] Twenge y Campbell, “Asociaciones”, 271-281.
[6] Véanse los estudios citados anteriormente en la nota 2.
[7] Hawi y Ruppert, “Las relaciones”, 2-3.
[8] Hou, “Adicción a las redes sociales”, 9.
[9] Twenge y Campbell, “Asociaciones”, 280.
[10] Hou, “Adicción a las redes sociales”, 9.