
Familia para el que no la tiene
Sin embargo, ser padres es un llamado mucho más grande y profundo: es el llamado a mostrar el amor de Dios a los hijos que él nos dio para criar.

Sin embargo, ser padres es un llamado mucho más grande y profundo: es el llamado a mostrar el amor de Dios a los hijos que él nos dio para criar.

Las madres damos todo por nuestros hijos, aun desde la etapa de gestación. Con la maternidad la vida cambia totalmente, y eso está bien, es parte de aceptar ese regalo inmerecido de dar vida. Al Señor le plació dar vida a través de mujeres imperfectas y pecadoras que, aunque creadas a su imagen, necesitan redención y salvación.

La verdadera paternidad es intencional y comprometida. Es decir, los padres intencionales son los que reflejan la actitud de Manoa: tratan de descubrir cuál es la tarea asignada por Dios y se esfuerzan por cumplirla al pie de la letra.

La importancia del cuidado y protección de la familia: En Jesús, este jefe de la sinagoga encontró al Salvador que buscaba, al único que puede transformar la muerte en vida. Nosotros como papás debemos de llevar a nuestros hijos a los pies del Hijo, confiando en que él los cuidará y sanará en toda situación.

El privilegio, ventura y responsabilidad de ser padre… La familia es el lugar, sin duda alguna, donde se enseñan e inculcan los principios y valores éticos judeocristianos. Dentro de esta, los padres son los principales encargados de instruir y enseñar a los hijos los caminos de Yahvé.

¿Para quién es un problema la familia tradicional? Debido a los fundamentos judeocristianos que esta implica, la familia tradicional es un problema para la sociedad humanista secular, la cual está intentando imponer, por todos los medios a su alcance, un modelo de familia acorde a su cosmovisión.