NOTA: El calzado de la imagen son los zapatos originales al que el autor hace referencia.
Antídotos—medidas correctivas
Hay buenas noticias. En primer lugar, el Dios trino está de nuestro lado: el único Dios es nuestro Padre, su Espíritu que da poder vive en nosotros y su Hijo continuamente aboga por nosotros ante el Padre.
Permítame sugerir algunas cosas breves para tener en mente, que se han fraguado en el contexto de 55 años de vida transcultural en América Latina, así como en el ministerio global con la Alianza Evangélica Mundial. No quiero sencillamente elaborar una lista de supermercado, sino hacernos a todos (inclusive a mí) reflexionar seriamente sobre este tema. Al mismo tiempo, les informo que no hay solución inmediata o rápida en la mayoría de los casos reales.
Busque al Dios vivo por encima de todo lo demás
Aquí quiero enfatizar el tema de la profundización de nuestra espiritualidad, hacia el estilo radical de Cristo, el camino hacia la cruz para cada uno de nosotros. Cultive el corazón, nutra su terreno interno, el íntimo que solamente usted conoce. Conéctese diariamente con el Señor en su obra, orando y esperando, escuchando la voz suave. No hay sustituto para esto en el hábito más regular, aunque es una de las disciplinas espirituales más difíciles. Sumérjase en su forma preferida de oración, pero aprenda otras formas para darle profundidad y amplitud.
Identifique sus debilidades personales de carácter, espiritualidad y comportamiento, y luego reprímalas. Algunas de ellas son «adicciones ocultas» de mente, voluntad, emociones y comportamiento, que hemos comentado. Dios utilizará medios distintos para revelárnoslas y la firme rendición de cuentas relacional está aquí. Recuerde la «tiranía de lo urgente». Los que están más cerca de usted pueden ayudarlo, ¡pero va a doler!
Desarrolle un corazón sensible al espectro del pecado y las formas en las que usted es vulnerable. Mantenga un corazón tierno con el amoroso y soberano Padre, Hijo y Espíritu, y practique un estilo de vida diario de confesión y arrepentimiento.
El meollo de esta realidad es la búsqueda del Dios trino en la comunidad de su pueblo, nuestras comunidades espirituales locales. Nunca encontraremos una iglesia ideal; nunca estaremos satisfechos con todo lo que sucede en nuestras iglesias. Pero tenemos que comprometernos con el pueblo de Dios. Nosotros como matrimonio hemos decidido que en cada ciudad donde vivimos seremos parte de una iglesia, sirviendo como nos inviten. Hemos peregrinado por diferentes caminos del pueblo evangélico, y actualmente somos miembros de una iglesia anglicana, evangélica. ¿Estamos de acuerdo con todo ese paquete anglicano? Pues no. Pero estas diferencias no son caballito de batalla. La verdad es que no me puedo imaginar la vida sin esta comunidad singular de creyentes.
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