BUSCAR

El duelo desde la perspectiva del Antiguo Testamento, parte 2

Principios prácticos que enseñan estos pasajes en cuanto al duelo

Se entiende que en el antiguo Oriente estar en duelo significaba tener todo el derecho de poder lamentarse, llorar y estar de luto. También se podía expresar el dolor de acuerdo a lo que la cultura dictaba como correcto, es decir, cortarse el cabello, raparse la barba, rasgar la vestimenta e incluso cortarse la piel. Por otro lado, se pudo observar la costumbre de las plañideras que acompañaban a la familia doliente con sus llantos. Esto significó mucho para la familia en su proceso de dolor. Así mismo, se puede observar que aceptar la muerte de un ser querido, como en el caso de Abraham con Sara, es tener el espacio para detenerse, sentarse el tiempo necesario para procesar la muerte del ser querido. También el permitirse llorar y que los que rodean al doliente puedan dejarle llorar el tiempo que necesite el deudo.  

Se puede entender que tener un lugar “físico” para enterrar al ser querido es completamente necesario para rendir el respectivo honor merecido. También se piensa importante entender el honor que compete a los familiares o más allegados del fallecido para rendir el homenaje necesario para su fallecido y para ellos mismos. Por otro lado, se observa la necesidad de respetar los deseos de la persona fallecida en caso que se pueda; en caso de no poderse, se puede respetar el deseo de los familiares: funeral, lugar de entierro o ceremonia.

Hay que considerar el periodo de luto de cada persona y respetar el llanto de los familiares y las personas dolientes.

En cuanto a la creencia de reunirse con los antepasados, aquí se interpreta que esta queda pendiente por la muerte y resurrección de Cristo. La idea en sí, desde esta perspectiva, debe pulirse y entenderse a partir del regreso de Jesús. La costumbre de las plañideras no se considera aplicable del todo, las cuales ayudaban a demostrarle a los muertos la tristeza de la familia.

Comparación de estos principios prácticos con las creencias, enseñanzas, prácticas y la teología de hoy en relación al duelo

Se cree que la mayoría de los principios prácticos del antiguo Oriente se siguen practicando hoy en día. La idea de expresar el dolor a través del lamento, del llanto y el luto en general es muy común en el presente. Sin embargo, existen algunas ideas en cuanto al llanto. Se tiene el tabú de que si se llora a la persona fallecida, no se le deja descansar en la otra vida. Por lo que quienes creen esto fielmente, sea por sus creencias, cultura o teología, no se permiten llorar y no permiten que otros lloren lo necesario. Pero no se puede generalizar este tabú, por lo que se puede analizar que sí debe existir ese espacio necesario para el lamento, el llanto y el luto.

Ahora bien, la práctica de raparse la cabeza, cortarse la barba, rasgarse los vestidos y cortarse la piel es algo que no se practica en el contexto latinoamericano. Tal vez algo que se asemeja a uno de estos actos sería el tatuaje. Es decir, tatuarse el nombre de la persona fallecida, su cara o alguna otra cosa que le recuerde al deudo la vida del fallecido.

Otro principio que sí se practica el día de hoy es que la persona en duelo puede, en la mayoría de los casos, tener  el tiempo necesario para procesar la muerte de su fallecido. Se le permite llorar el tiempo necesario sin caer en una posible depresión clínica o somatización. Sobre el lugar “físico” para enterrar al ser querido, sigue siendo una costumbre muy fuerte que se realiza hasta el día de hoy. En los funerales se les rinde el respectivo honor merecido, de acuerdo a lo que su familia o gente más cercana desea. A veces se puede observar que la persona que ha muerto ha estipulado sus deseos en relación al funeral, pero en otros casos se observa que los familiares realizan el funeral de acuerdo a sus deseos y economía.

En cuanto al respeto del tiempo de la persona en duelo, a veces los familiares o gente más cercana desean que la persona en duelo se recupere pronto y vuelva a sonreír a pesar de la pérdida que ha tenido. Se le obliga a acomodarse a una nueva vida sin el ser querido. Por lo que esto no se respeta como se respetaba en el antiguo Oriente.  

La idea de Jacob de reunirse con sus antepasados al morir se redefine en el NT por la muerte, resurrección y segunda venida de Jesús. Por lo que este principio, bajo el lente judeocristiano, se define en sí mismo en Jesús. Al igual que la idea del llanto para asegurar la sombra del muerto, esta idea se debe analizar desde el lente de 1 Tesalonicenses 4:13-14.

Conclusiones

El lamento, el llanto y el luto son principios inamovibles y necesarios para la vida de los deudos. Esto se observa tanto en el Antiguo Testamento como en el presente. Se cree que es de gran importancia entender el papel del llanto, del lamento y del luto en un evento tan complejo y duro como la muerte, como la partida de un ser querido. Por otro lado, la idea de respetar lo que cada cultura realiza de acuerdo a sus creencias, cultura y religión es de gran importancia siempre y cuando no se afecte la vida del deudo. El tema del tiempo se debe respetar. Cada deudo manejará el tiempo necesario para llorar, para aceptar la muerte, para realizar el funeral y todo el proceso que esto conlleva. Sin embargo, es necesario el respeto hacia el deudo y basarse de acuerdo a sus deseos.

Por último, como acompañantes de la persona que está en duelo, sea en calidad de consejeros, pastores, líderes, familiares o amigos, debemos respetar la forma en cómo la persona en sufrimiento expresará su dolor. Así como cada ejemplo visto anteriormente vivió su duelo y se le respetó su tiempo, en el presente se debe aprender a respetar al doliente y no interponer creencias, costumbres, religión y cualquier otra cosa que perturbe la necesidad primordial de una persona en duelo: llorar, lamentarse y estar de luto, tal como Abraham, José y el pueblo de Israel lo hicieron.

Compartir

Facebook
Twitter
Email
WhatsApp

Suscríbete

Archivo

Publicaciones mensuales

Lo más popular

Para estar al día

Publicaciones recientes

Podcast

Disciplinas espirituales, parte 4

La espiritualidad cristiana, definitivamente, tiene que ver con la totalidad de la vida, es decir, se lleva a cabo y se ejercita en lo individual y en lo comunitario, en la soledad y en lo social. También es cierto que esta tiene un fin: acercarnos más a Dios y a nuestro prójimo. ¿Cuáles son aquellas prácticas que nos ayudan a ser mejores discípulos del Señor? ¿Qué es, realmente, la “espiritualidad cristiana”? ¿Hemos olvidado ejercicios espirituales valiosos? Te invitamos a unirte a esta nueva conversación.

Escuchar »

Disciplinas espirituales, parte 3

La espiritualidad cristiana, definitivamente, tiene que ver con la totalidad de la vida, es decir, se lleva a cabo y se ejercita en lo individual y en lo comunitario, en la soledad y en lo social. También es cierto que esta tiene un fin: acercarnos más a Dios y a nuestro prójimo. ¿Cuáles son aquellas prácticas que nos ayudan a ser mejores discípulos del Señor? ¿Qué es, realmente, la “espiritualidad cristiana”? ¿Hemos olvidado ejercicios espirituales valiosos? Te invitamos a unirte a esta nueva conversación.

Escuchar »

Disciplinas espirituales, parte 2

La espiritualidad cristiana, definitivamente, tiene que ver con la totalidad de la vida, es decir, se lleva a cabo y se ejercita en lo individual y en lo comunitario, en la soledad y en lo social. También es cierto que esta tiene un fin: acercarnos más a Dios y a nuestro prójimo. ¿Cuáles son aquellas prácticas que nos ayudan a ser mejores discípulos del Señor? ¿Qué es, realmente, la “espiritualidad cristiana”? ¿Hemos olvidado ejercicios espirituales valiosos? Te invitamos a unirte a esta nueva conversación.

Escuchar »