
Fe para la casa
Nuestra esperanza no es el equivalente a un conjunto de estadísticas recopiladas para predecir el futuro de la crisis. Jesús es el suelo seguro sobre el cual descansa nuestra esperanza.

Nuestra esperanza no es el equivalente a un conjunto de estadísticas recopiladas para predecir el futuro de la crisis. Jesús es el suelo seguro sobre el cual descansa nuestra esperanza.

Este tiempo de cuarentena/Cuaresma es una oportunidad para detenernos y escuchar en el silencio la voluntad de Dios. Quizás nuestros cultos y actividades (¿sobre todo en Semana Santa?) han ahogado con sus celebraciones de «adoración» el «suave murmullo» de la manifestación de Dios o la voz del silencio divino.

El mensaje de la gracia es maravilloso: el amor de Dios llega a nosotros sin costo alguno de nuestra parte. Su gracia se manifiesta de distintas formas, y una de estas es a través del perdón.

¡El Dios eterno e infinito, en la persona divina del Verbo, quiso nacer como un bebé! ¡Se convirtió en un paquetito de vida y amor envuelto en pañales y acostado en un pesebre! Fue Dios que dormía en ese pesebre, pero no fue Dios Padre ni fue el Espíritu Santo, sino que fue el Verbo que desde la eternidad quiso nacer entre nosotros. Eso es lo que celebramos cada año en la Navidad.

Sin embargo, ser padres es un llamado mucho más grande y profundo: es el llamado a mostrar el amor de Dios a los hijos que él nos dio para criar.

Por tanto: si el cristiano dice creo sin pensar, entonces no sabe lo que cree; si el cristiano dice creo sin cuestionar, entonces no sabe por qué cree; si el cristiano dice creo sin confesar, entonces no sabe para qué cree.

No se trata de esperar pasivamente, sino activamente, tomando nuestras responsabilidades. Dios no nos ha dejado ni nos dejará solos, pero él no hará nuestra parte. A nosotros nos toca hacer mucho, pero la gloria siempre es para él.

Como cristianos salvados y llamados a formar parte del cuerpo de Cristo debemos vivir como dignos discípulos, muriendo a los deseos de nuestra carne todos los días y siendo agradecidos por la maravillosa bondad de Dios.

¡Ningún error más fatal que pensar que la adoración es un placentero pasatiempo espiritual para el deleite sublime del alma! El Apocalipsis nos enseña la asombrosa seriedad, la solemnidad y la peligrosidad de la verdadera adoración.

Llama mucho la atención que para Nietzsche los individuos habían corrompido el cristianismo paganamente. Y por tal motivo, la principal crítica que hizo fue a la actitud hipócrita y cobarde de los creyentes de su época.

La Biblia es un libro que no solamente entretiene, divierte, embellece y da alegría a la vida de la persona; esta trae paz, aliento, esperanza, gozo, significado y razón de vida para todo aquel que quiera conocer la mente de Dios.

El comprender o explicar la realidad no excluye necesariamente a Dios. Una cosmovisión teísta considera a este como el Creador y no como parte de la creación. Esto es: la creación es lo que podemos percibir con nuestros sentidos, se puede comprobar experimentalmente; el Creador, por otra parte, es la fuente y origen de la creación.