La soberanía de Dios no debe ser una prisión
Jesús nos invita a llevar su liviana carga en lugar de sobrecargar a las personas cansadas con conceptos sin consuelo y empatía.
Jesús nos invita a llevar su liviana carga en lugar de sobrecargar a las personas cansadas con conceptos sin consuelo y empatía.
Es viernes y te invitamos a un café ¿cómo lo prefieres? Expreso, Latte, Capuchino, Mokaccino, Macciato, tómalo como más te guste, pero siempre en compañía de una buena conversación en Café, Cultura y Cristianismo.
Donde hay vida siempre puede haber esperanza y donde hay una voluntad libre, también puede haber un mundo mucho mejor.
El Salmo 80 nos debe hacer pensar que la manifestación de la presencia de Dios y su omnipresencia no son lo mismo. Dios está presente, aunque no se lo pueda percibir. Su “guía” (1), “salvación” (3, 7, 19), “cuidado” (14), “apoyo” (17) en la vida del creyente no dependen de grandes despliegues de poder.
En la actualidad, el término eutanasia ha cobrado más interés en diferentes contextos, cuya valoración ética y jurídica son distintas. Generalmente se suele recurrir a la palabra “eutanasia” cuando se hace algo —o se deja de hacer— en la etapa final de la vida de un enfermo. La encíclica Evangelium vitae la define así: “Una acción o una omisión que por su naturaleza y en la intención causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor”.
En un mundo mercantilizado, que se mueve y gira con pasos vertiginosos, nos hemos acostumbrado a una sociedad que no conoce la quietud pues todo se ha convertido en ajetreo y carreras. Casi no hay tiempo para la quietud. Por eso, es importante reflexionar en medio de la pandemia y hacer un autoexamen de cómo nos hemos desenvuelto como creyentes y si realmente estamos descansando en Dios.
Gonzalo A. Chamorro, Guillermo David Taylor, Josué Estrada Guzmán y David López Salgado conversan acerca de la crisis que vivimos como sociedad, en esta ocasión el tema es «Aires de esperanza».
La confianza y la esperanza son conceptos ligados al sufrimiento. Recordar que el cristiano tiene la esperanza puesta en aquel que tiene poder para levantar a los muertos es la mayor declaración de garantía que puede haber en medio de situaciones de dolor y sufrimiento.
La praxis salvífica de Jesús manifiesta a un Dios de ternura, de amor, de solidaridad, de cercanía, de salud y bienestar, y esa es su respuesta ante el agudo sufrimiento experimentado en su contexto. Dicha perspectiva bíblico-teológica y pastoral no hace del dolor un camino que otorgue méritos frente a Dios.