El verdadero espíritu de la Navidad
En la plenitud del tiempo, Dios mismo se hizo uno de nosotros y nos mostró que él se identifica no solamente con los ricos y poderosos de nuestra sociedad, sino con los pobres y los rechazados.
En la plenitud del tiempo, Dios mismo se hizo uno de nosotros y nos mostró que él se identifica no solamente con los ricos y poderosos de nuestra sociedad, sino con los pobres y los rechazados.
En el nacimiento de Cristo no solo nos relacionamos con él, sino que su nacimiento revela a todo naciente que venir al mundo sigue siendo una alegría y gozo. Y en este viviente se posibilita a todo hombre “nacer de otro modo”: nacer de Dios.
La Navidad es históricamente cristiana, bíblica y además es la celebración de la victoria de Cristo sobre los falsos dioses. ¡Por eso la celebramos!».
El niño indefenso que nació en un humilde pesebre causó que la mayor figura de poder en Jerusalén temblara. Décadas más tarde los enviados de aquel niño hicieron que el Imperio romano temblara provocando una voraz persecución a causa del testimonio de estos.
Ese mismo escándalo de la Navidad lo encontramos en el conocido texto de Juan 1:14: “Y el Verbo fue hecho carne”, o sea, nació como todos los demás seres humanos de carne y hueso. Realmente sorprende y conmueve pensar en el eterno Hijo de Dios convertido en un feto prenatal y pasando sus nueve meses dentro del vientre de su madre.
Nuestro cristianismo viene a ser el centro de equilibrio donde los mapas, niveles y relatos encuentran su sentido, sin que los demás niveles como la ciencia y la filosofía sean desechados, más bien, los integramos…
Lo que me entristece sobremanera es la forma cada vez más grotesca e intimidante con que un creciente número de homosexuales pretenden imponer sobre todo entre la niñez su aceptación pública como un estilo de vida perfectamente normal y tolerable…
«¿Qué hacen los niños en unas vacaciones atípicas? Después de muchos meses de encierro y aburrimiento los niños están listos para salir a jugar, a pasear, a visitar a los abuelos, a visitar a los primos, a disfrutar haciendo cosas divertidas y educativas.
Hoy me encuentro aturdido por el sesgo explícitamente homosexual por el que parece haber optado encima buena parte de la opinión pública en muchos rincones del mundo. Y así, un problema antaño eminentemente clínico y muy privado ha pasado a ser muy público y hasta motivo de orgullo para mentalidades que se dicen muy progresistas y con una mayor amplitud de criterios.
Y aquellos que han convertido en arte el quejarse de la imperfección del mundo, y que quizá hasta me acusan de ser un ineficiente Supremo Creador, y tienen la arrogancia de creer que podrían haberme dado instrucciones para crear un mejor mundo terrenal, pero nunca han intentado ser mejores ellos mismos, y pretenden que la obra de su negligencia sea obra mía, han de saber que agregan al mundo imperfecciones peores que aquellas que son inherentes al mundo del que fui creador. ¡Y hasta ignoran que, en un mundo perfecto, jamás hubieran existido!
Los creyentes son llamados a ver a los pobres y necesitados, como seres dignos de recibir amor y alegría. Como la vida de la madre Teresa lo ejemplifica, sí es posible vivir en amor ayudando a los más necesitados. Solo debemos tomar la iniciativa, ser intencionales y cumplir con la responsabilidad individual en pro de los pobres.
Tenemos libre albedrío y también la firme convicción de que la Biblia puede ayudarnos a tomar decisiones cuando no sepamos qué hacer y el Espíritu Santo que nos ayuda a tomar las decisiones correctas