
¡Yo no seré como Lot!
Podemos trabajar intencionalmente para construir familias saludables, fundadas en La Roca, es decir, en Jesucristo.
Podemos trabajar intencionalmente para construir familias saludables, fundadas en La Roca, es decir, en Jesucristo.
La oración es un diálogo franco y sincero con nuestro Padre Celestial, es la expresión más viva de la relación que el creyente puede tener con Dios y por ello, como sostiene R. C. Sproul, “cuanto más entendemos la soberanía de Dios, nuestras oraciones son llenadas con agradecimiento.
Por último, como acompañantes de la persona que está en duelo, sea en calidad de consejeros, pastores, líderes, familiares o amigos, debemos respetar la forma en cómo la persona en sufrimiento expresará su dolor. Así como cada ejemplo visto anteriormente vivió su duelo y se le respetó su tiempo, en el presente se debe aprender a respetar al doliente y no interponer creencias, costumbres, religión y cualquier otra cosa que perturbe la necesidad primordial de una persona en duelo: llorar, lamentarse y estar de luto, tal como Abraham, José y el pueblo de Israel lo hicieron.
El duelo, entendido como el acto de lamentarse, llorar o estar de luto, es un tema muy recurrente en el Antiguo Testamento. ¿Qué hizo Abraham ante la muerte de Sara? ¿Cómo llevó José su duelo ante la muerte de su padre? ¿Qué hizo el pueblo de Israel ante la partida de Moisés? ¿Qué creencias o rituales se pueden observar en otros textos del Antiguo Testamento con respecto al duelo? ¿Cómo podemos aplicar estas creencias y rituales al contexto de hoy?
El Salmo 10 es una continuación acróstica del salmo anterior y pone en manifiesto el tema del juicio a favor de los débiles y el castigo de la gente malvada. El salmo contiene legítimas amonestaciones de carácter social y práctico para la tarea del creyente con los más débiles y vulnerables.
El Espíritu Santo nos guía por medio del estudio fiel de las Escrituras y el análisis comunitario de la fe. Cierto, para eso no se necesita un doctorado en hermenéutica, pero sí se necesita la disciplina de escudriñar el texto. El Espíritu Santo no es elitista, pero tampoco es antintelectual.